lunes, 5 de enero de 2009

EL MIEDO Y LA INSEGURIDAD

TODOS SOMOS PRISIONEROS DE NUESTROS PROPIOS MIEDOS....Y CONSTRUÍMOS PRISIONES EN NUESTRAS CASAS, QUE NOS ATRAPAN A NOSOTROS MISMOS.-
CUANDO ME CONTARON QUE GRISELDA HABIA PUESTO OTRO CANDADO MÁS A LA PUERTA DE SU CASA, RECORDE EL CUENTO QUE EN UNA REVISTA INFANTIL HABIA LEIDO....Y AQUI VA:

LA ABUELITA MAXIMA
de Sergio Martinez

Doña Máxima Segura es una hermosa señora mayor,agradable y dulce como todas las abuelitas.Ella vive con su perrito"Popy", que parece de juguete y al cual viste con graciosos trajecitos de colores, en una hermosa casa de nuestro barrio.Bueno, mejor dicho "vivía" en una hermosa casa. porque ahora vive encerrada y no sale a ninguna parte.
Acontece que Doña Máxima Segura ha estado escuchando todos los días las noticias en su vieja radio.Y esas noticias no eran muy buenas.Ella se fue preocupando tanto por lo que escuchaba que comenzó a tener miedo; como vive solita, cada día que pasaba tenía más y más miedo.
Empezó a pensar en su seguridad poniendo una reja que la separó del jardín frente a su casa, y a esa reja le agregó tres cerraduras. Después mandó a reforzar todas las ventanas y puso una leonera y otra reja para el jardin del fondo de su casa. Luego puso una alarma y otra alarma por las dudas que la primera fallara.Luego puso una cámara para ver quién toca el timbre en la puerta de entrada. Más tarde la cambió por una puerta de titanio, el metal que se usa para las naves espaciales, pero con ocho llaves "Más vale prevenir que curar", decía.
Llegó a acontecer que Doña Máxima y su perrito "Popy", que antes salían a pasear todos los días, ahora ya no podían hacerlo, pues de aqui que abrían todas las cerraduras, desactivaban todas las alarmas y miraba todas las cámaras, necesitaban de un tiempo larguísimo.Cuando va a salir lo piensa mucho y entonces prefiere quedarse a mirar tele.Y la tele viene con más noticias que terminan preocupándola más.Así es como ya no salen tanto, ni pasean tanto; es más, ahora ya no salen de su casa.
Los vecinos dejaron de verla y comenzaron a extrañar a aquélla agradable y dulce abuelita.Sentían la falta de sus paseos con su perrito "Popy" y de los saludos que alegremente brindaba a todos.Ella también extrañaba el aire puro, el sol en la cara, y los saludos de sus atentos vecinos.Hasta Popy extrañaba corretear y usar un árbol verdadero(para lo que usan los perros los árboles verdaderos).
Cansados de estar encerrados en su casa, un día, Doña Máxima decidió arriesgarse y salir a pasear.Ya no podía vivir más así.Se tomó las dos horas necesarias para desactivar todo y salir , por fin, al aire puro y al saludo de los vecinos y, sobre todo, a disfrutar, de toda la tarde.
Cuando tuvieron que volver a su casa y se fueron acercando a ella, Doña Máxima vio como Popy empezó a temblar.Ella tuvo la misma sensación.Ahora su miedo estaba enfrente. Tenían miedo de su propia casa la cual ya no parecía el dulce hogar que era para ellos.
Popy se negaba a entrar y hacía fuerza para no avanzar. Seguramente su instinto le indicaba que iba a pasar mucho tiempo encerrado nuevamente. Fue entonces que Doña Máxima abrazó a su perrito y tomó una desición.
Decidió protegerse de su protección. Sabía que no podía abandonar las normas de seguridad, es cierto, pero no al extremo. Tenía que tener cuidado, es cierto, pero tampoco tanto miedo que no la dejara vivir plenamente.
Desde ese día Doña Máxima vive con cuidado, con mucho cuidado, pero intenta llevar una vida plena, para ella y su perrito Popy. Hoy, Doña Máxima, suele repetirnos a todos esta otra máxima: "Hay veces que el remedio es peor que la enfermedad"

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