martes, 2 de septiembre de 2008

TRABAJO INFANTIL




Mi amiga Susyka me envía esta "carta" de una maestra donde nos muestra cuánto pierden nuestros niños cuando dejan de ir a la escuela y deben ir a trabajar...
Ella lo tituló "Infame trabajo infantil "

El caballo suelto
Era Febrero de 2005. El ciclo lectivo estaba para iniciarse, un carro paró en la puerta de la escuela.
Una niña casi adolescente bajó de él. El caballo quedó suelto por costumbre, siempre esperaba a su dueña.
La vi entrar….sucia, desprolija….cara morena de andar al sol, cabellos negros atados al azar, muy suelta de decir… preguntó, ¿puedo venir a esta escuela? _sí, pasá, le contesté. Preparé la ceremonia de la inscripción. Fue lo más inútil que hice. _Nunca fui a la escuela, me dijo, siempre anduve en el carro. El caballo es mío, por eso me espera. No lo presto, junto cosas, las vendo, no robo. Ayudo en mi casa. Vengo a anotarme sola. Dijo todo eso junto, apurada y sin que yo preguntara nada, es que no sabía que preguntar. Nunca nadie me había contado en tan pocas palabras su vida.
Tenía doce años, no tenía escolaridad, nadie la había mandando a la escuela, sólo la habían mandado a trabajar. Doce años, y manos de trabajadora.
La miré profundamente…no podía pensar…no podía decir…no podía escribir…la abracé y le dije, _ya tenés” tu escuela”, de los papeles .… después hablamos.
El primer día de clase, Martita, ¡fue presentada en sociedad! Cuánta emoción en todos. Con sus ojos húmedos veía izar la bandera y con su pie derecho acompasaba el Himno. Por primera vez, tendría “su Seño”…su banco…su patio…su recreo…su mochila…su cuaderno… su guardapolvo blanco.
Por primera vez…NO me sentí…” la Sra. directora”…era otra vez… MAESTRA.
¡La escuela vibró con ella! Aprendió feliz. El caballo siempre esperaba suelto, aunque ella tardara 4 horas.
Al año siguiente, Martita no volvió. La fui a buscar, el rancho de chapas estaba igual. El carro no estaba, el caballo tampoco, dijeron que se había mudado. Había tenido que salir a trabajar y le daba vergüenza ir a decírmelo. Me volví triste…pateando cascotes de la calle de tierra, ni me interesaba que sabía escribir su nombre completo, MARTA GABRIELA. ¿Dónde andarás? El caballo no estaba suelto…su carro andaba cargado, y no esperaba a su dueña en la puerta de ninguna escuela.
Infame trabajo infantil… ¡Soltá el caballo!

Cristina Maggiolo- Directora de la escuela Primaria Nº77-
Merlo- Bs.as

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